Por Fernando Sánchez Resa.
Los días iban pasando pacíficamente en esta pequeña población jienense (Lupión), haciendo soñar a toda la tropa y sus mandos que con este ambiente de paz y tranquilidad se terminaría la guerra. Pero como “los sueños, sueños son” (según Calderón de la Barca), pronto se desbarataron ante la cruda realidad…