Por Mariano Valcárcel González.
Me encanta el tiempo de rebajas.
En tal época, los asediados consumidores (más que asediados, maltrechos) encuentran el resquicio por el que colar alguna compra necesaria, pero pospuesta para mejor ocasión, que coincide la tal mejor ocasión con la de las rebajas. También los compulsivos compradores de cualquier tiempo y estación encuentran en las rebajas una más que endeble justificación para aumentar su compulsión a un límite ya difícil de superar… Total, que siempre se decía: