Por Dionisio Rodríguez Mejías.
1.- El monitor de esquí.
Cómo cuesta dormir cuando sabes que vendrán a buscarte de madrugada. Terminé de preparar el equipaje y le dejé una nota a “El Colilla” diciendo que le llamaría desde el hotel cuando llegara. Repasé bien todo lo que necesitaba y lo metí en la maleta, excepto las botas de esquí que las puse al lado, para llevarlas en la mano. Me aseguré que tampoco olvidaba la lista de asistentes al cursillo y la guardé en el bolsillo de la chaqueta del traje. Más de media hora llevaba esperando y mirando por la ventana con la maleta a punto, cuando un coche se detuvo ante la puerta de la pensión. Bajó el chófer del automóvil y se quedó esperando en la acera.
—¡Bajo enseguida! —le dije sacando la cabeza por la ventana—.