Por Fernando Sánchez Resa.
Mientras la mansa lluvia regaba calles y campos ubetenses, cual memoria sefardita derramada, el recuperado espacio de la Sinagoga del Agua acogía (por segunda vez, al agotarse rápidamente las entradas del primer concierto), a una artista madrileña, afincada en Toledo (desde donde recibe su especial inspiración), que en el XVIII Festival de Música Antigua Úbeda y Baeza debutó a una hora muy especial: a las 23:59 del pasado sábado.