Por Pedro Pablo Vico Robles.
¡Grandioso enciende el fuego del Oriente,
que alumbra destellante la alborada!
La niebla mansa abriga los olivos
en la dichosa y mágica mañana.
El árbol vemos al borde del camino,
cual centinela de la loma ornada;
erguido está, recio, frío y desnudo,
mirando, solo, a la bella Mágina.
Es el paisaje de la altiva Úbeda,
ciudad de cerros, de belleza y… magia.