Por Mariano Valcárcel González.
Un puñetero vicio que tenemos es el de tirar la piedra y esconder la mano, especialmente cuando la mano la tenemos algo (o bastante) manchada.
Escondemos la mano no para que no se sepa quien lanzó la piedra, sino por la suciedad que hay en ella. Acusamos muy duramente a los demás de acciones u omisiones deleznables o punibles, pero nos procuramos guardar muy bien las que nosotros también tenemos a nuestras espaldas.