1.- Bailes, teatros y cabarés.
Dos días antes de ponerme en camino, “El Colilla” me llamó por teléfono y me dijo que no cogiera un taxi, cuando llegara, si no quería pasarme la tarde haciendo turismo por la ciudad. No lo entendí, aunque me insistió mucho.
—Frente a la estación de Francia verás una parada de tranvías; coge el 57 y dile al cobrador que te avise cuando lleguéis a Sans. Una vez allí, pregunta por la pensión Habana en la calle Olzinellas. Es muy fácil. Todo el mundo la conoce.
—No se queden en la puerta —repetía el cobrador cada vez que subían nuevos pasajeros—. Pasen al fondo, que en el fondo hay sitio.