Se nos llena el alma en estos días, de buenos sentimientos, de comprensión, y de amor fraternal. Miramos a la gente con ojos alegres e indulgentes, con propósito de olvido y de perdón, de borrón y cuenta nueva, y de pelillos a la mar. Las calles se inundan de música alegre y sosegada, y el hogar se viste de abetos de cuyas ramas cuelgan luces, estrellas y cintas de colores.