Era lunes, 17 de mayo de 1937, cuando esperaba (con impaciencia) la hora en que me trasladasen a la cárcel. Verdaderamente lo deseaba, mientras las horas transcurrían lentamente… Hasta que llegó el atardecer y se presentó (en Prevención) la pareja de seguridad. Entro con ellos y un policía, en Jefatura, para responder a preguntas, extender papeles y firmarlos; y ya estamos dispuestos para partir…