Los pájaros (27 de junio). Tampoco pude asistir a la proyección de esta película en su momento por coincidir con actos de fin de curso de mi colegio, pero ya en casa la he podido visionar (tranquilamente) a color, aunque en pantalla menos grande. Por amigos o familiares estaba enterado de que la vieron en blanco y negro (que impresiona todavía más), pues lo que el bromista de Hitchcock mete en el cuerpo al espectador es un miedo psicológico personal e intransferible. Como el que siente cualquier espectador sensible, una vez finiquitada la visión de esta película: cada vez que ve un pájaro (especialmente si es gaviota o cuervo) le vienen a la cabeza las crudas y neuróticas imágenes de esta película, haciéndole creer que va a empezar de nuevo “la guerra del fin del mundo de las aves”…