30. Interrogatorio y amenazas

Cuando había dicho mis oraciones y me disponía a descansar en soledad, vinieron a buscarme para que me bajase a la planta baja, donde había lumbre y pasaría mejor noche. Allí se encontraban un inspector con varios guardias municipales y algunos paisanos. Se hablaba de diversos asuntos, pero principalmente de la guerra y sus frentes. Al no interesarme estos temas, empecé a dormitar y pensé pasar así toda la noche; aunque me equivoqué, puesto que a las dos de la madrugada cambió el inspector, cuya cara y emblemas del partido comunista delataban lo que iba a suceder…

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