¿Que quién soy yo?, pues Miguel; Migue no, ni Miguelito, ni Miguelín, ¡hasta ahí podíamos llegar!, ¡con lo que le costó a mi mamá que no me dijeran nombrajos! Me llamo Miguel y ya soy grande. Con el brazo estirado, le llego a mamá al hombro y además, ya voy al colegio, a la guardería no, a un cole de verdad donde hay muchos maestros. ¡Soy un parvulito!, bueno, ahora me llaman “alumno de infantil”, pero mi mamá dice que con mis años siempre se es un párvulo.