¡Qué tiempos aquellos!

06-02-2012.

Corrían los años 1934-1935. Yo ya había rebasado mi primera década de vida, esa etapa infantil en la que cualquier cosa sin valor se valora y se estima y te da una inmensa felicidad poseerla: tu casa, tu calle, tu barrio…, todo eso me encantaba. Para mí, mi casa era mejor que la de mis vecinos y conocidos, aunque las de mis vecinos fueran más altas, más amplias, más bonitas, según decían ellos. Yo vivía en esos años en la calle del Gallo, casi al principio, donde el declive empieza a pronunciarse más, en la casa donde San Roque tiene su hornacina.

Continuar leyendo «¡Qué tiempos aquellos!»