14-12-2011.
RÉQUIEM
UN VAHO SILENCIOSO
se hace cuerpo presente
en la casa del padre.
La escritura del humo
de un cigarro apagado
le descompone el verso.
Las palabras gotean
su cera de ceniza
y una espina de hielo
traspasa el corazón.
Alguien ha puesto flores nuevas
en un vaso, moradas
rosas de réquiem,
saldo de la riqueza
de las lágrimas. Alguien
descorre las cortinas
y huye la madrugada.
En otra habitación
juegan los niños.