20-12-2010.
Europa, el espacio del mundo más desarrollado en derechos humanos y bienestar, está cambiando su geografía humana a una velocidad difícil de controlar. Nos superan los acontecimientos. Aplaudimos la inmigración cuando nos interesa, pero nos preocupa y nos atemoriza en época de crisis por el aumento del gasto en el mantenimiento de los inmigrantes desempleados. Quienes vienen a ocupar los puestos de trabajo excedentes, se convierten en ciudadanos de pleno derecho, al mismo tiempo que contribuyen con sus impuestos a sostener la seguridad social; pero, cuando la balanza cambia de signo, superando la demanda de mano de obra a la oferta, surgen los grupos marginales de inmigrantes.