21-11-2010.Sigo sin comprender lo que tantos ya comprenden; sobre todo, los que nos tratan de dirigir entre este maremágnum en el que estamos inmersos; y yo, que debo ser algo lelo y no me entero de las explicaciones dadas, pues sigo sin coger la onda.
No me entero cómo se puede resolver la ecuación, supuestamente económica, que nos plantea que las pensiones deben reformarse empezando por la prórroga de la edad de jubilación a dos años más de la actual; ecuación que dicen afectará positivamente al resultado de las cuentas y, por tanto, salvará la anunciada catástrofe.
Vamos… que no me entero. Prorrogar dos años más la vida laboral del trabajador significaría no tener que abonarle los pasivos de esos años y, además, el trabajador continuaría cotizándolos. Esto debe ser cierto, creo, y las macrocuentas se comportarían como desean los supersabios. Pero es que se ve no se han pensado en otras circunstancias que debilitan o hacen menguar estas cuentas lecheras. Los trabajadores, en general, así prorrogados a estas edades, tendrán más necesidad de acudir a los médicos, habrá más absentismo y horas perdidas, a no ser que se les despida (no jubile) y entonces haya necesidad de utilizar el fondo público que deseaban sanear. Y estos dos años más de cotización, en realidad, no suponen un gran aumento en el capital, que se absorberá al poco tiempo cuando se jubilen. Claro, hago una reflexión al margen, y es que con tantas prohibiciones que nos caen sobre los fumadores y sobre los bebedores (no de agua), en realidad no es por la preocupación de nuestra salud, sino por garantizar que nuestras máquinas corporales sigan rindiendo al menos con suficiencia.
Pero es que, cuando se quieran jubilar, tendrán menos cotizantes para que los fondos estén al día (este es el gran argumento utilizado y, siendo verdad, también es mentira), porque no sólo por el descenso demográfico esto sucedería, sino, además, porque la permanencia de los veteranos impide el acceso al trabajo de los jóvenes, que debieran ser los cotizantes durante bastantes años más, creando cierta estabilidad. Así que, diciendo que quieren evitar una cosa, en realidad la están potenciando… ¿Cómo se ajusta, pues, la ecuación?
Y, como otra parte de esta reforma laboral es la magnífica oportunidad que tienen los empresarios para despedir por la cara, pues que se han puesto a ello con denuedo, debilitando todavía más las posibilidades de capitalización del sistema de pensiones. ¿Por qué no se declara abiertamente que este paso dado será también el causante del mal que dicen querer evitar? Entiéndase que, a menos trabajadores menos cotizaciones; y que, en la situación en que estamos, propiciando el aumento descomunal del paro, el derrumbe está servido, por insolvencia.
Entonces, habrá que pensar si estas supuestas sesudas personas no están persiguiendo otras finalidades inconfesables, que culminarían con el colapso del sistema. ¿Para qué? Pues ni imaginármelo quiero. Y, si los que ahora llevan el timón (o lo aparentan) entran por el aro y van a lo que acá se explica, y lo consienten, es que son o unos inútiles, o unos insensatos, o unos colaboradores natos con el capitalismo liberaloide rampante que nos invade y nos arrastra.
Que el gobierno socialista coopere en este desastre, con la razón de que es lo que están haciendo todos los demás y que es lo que se les ha exigido, es verdaderamente descorazonador… No tienen ni la más mínima intención de ser más imaginativos y más justos y equitativos en el reparto de las cargas que la situación nos impone, imponiendo otras ideas a su vez y llevándolas a cabo sin vacilaciones. El caso que analizo (pobremente desde mi escasas luces, desde luego, pero sí que desde mi honestidad) lo demuestra. Han encontrado una supuesta gran verdad y, además, fácil de ejecutar; y allá que se van derechitos… para causar más daño que beneficio alguno (bueno, según a quienes, que se verá).