23-11-2010.
Estamos a un mes de la Navidad y ya empezamos a vivir los prolegómenos de la tradición más popularmente arraigada de nuestra cultura cristiana. Toda tradición está íntimamente imbricada en las raíces de un pueblo, es la esencia de su cultura y la seña de identidad de una comunidad humana, de tal modo que, si llega a perderse, desaparece gran parte de su característica social.