28-12-2009.
Nuestra ciudad, Patrimonio de la Humanidad, próximamente va a ser el epicentro de un esperado encuentro de una humilde y trabajadora familia que, con el transcurrir de los años ha visto crecida su frondosidad y valía humana, encontrándose repartida por distintos lugares de la geografía de la península ibérica: Granada, Murcia, Sevilla, Almería, Oporto, Madrid… y, por supuesto, Úbeda, donde continúan viviendo muchos de sus componentes, de todas las edades y condiciones…
Antonio y Josefa Manuela
El próximo día 1 de enero de 2010, quieren encontrarse en el Parador Nacional de Úbeda, a las dos de la tarde, con el fin de conocerse aún mejor y de enlazar, todavía más, esos vínculos sanguíneos que constituyeron el primigenio proyecto familiar de mis abuelos maternos y patriarcas, Antonio Resa Molina (1896-1979) y Josefa Jiménez Sierra (1912-1992), que pasaron tantas vicisitudes como la generación que tuvo la mala suerte de vivir la incivil guerra española (1936-39).
Su proyecto de vida se colmó de felicidad con la llegada al mundo de tres hijos que superaron las aspiraciones de sus progenitores: Manuela Resa Jiménez (1925) que, al ser la mayor ‑y mujer‑, siempre fue consuelo, apoyo y cayado, durante toda su vida y, especialmente, en la vejez de sus padres, permaneciendo siempre muy unida a ellos desde su nacimiento hasta que Dios se los llevó de este mundo. Antonio (1927) y Miguel Resa Jiménez (1930-2007), que fueron dos grandes trabajadores, siempre afanados con su familia, el campo y su vaquería, que la llevaron adelante tantos años de una manera ejemplar, surtiendo de leche y buen trato a todos los estamentos sociales ubetenses, por lo que fueron respetados y conocidos como “Los Hermanos Lecheros Resa”. Siempre estando muy pendientes de su familia y ejemplificando lo que diariamente habían visto en su casa madre: honestidad, decencia, cariño, honradez, eficaz trabajo diario…
Miguel Antonio
Hoy, Manuela y Antonio tienen la dicha de ser testigos directos de que sus descendientes más queridos sigan la ejemplar estela marcada por sus padres, Antonio y Josefa. Miguel, desde el cielo, también observa, muy de cerca, los avatares y avances de su rama familiar, pues murió súbitamente, cuando más se le necesitaba y estaba cogiendo los melosos frutos de su simpatía, dedicación y entrega.
“Los Resa Jiménez” se van a reunir con el fin de celebrar, cual si fuera la boda de sus patriarcas, en una comida de hermandad sincera, para visionar, a los postres, una condensada historia familiar, elaborada con sumo cariño y esmero, que sirva de mutuo conocimiento; y así, el amor y el cariño que se profesan se intensifiquen aún más. Esa fecha es tan redonda y apropiada puesto que coincide con el primer día del año, que es el santo de Manuela y, curiosamente, el día en que nació, pues entonces cumplirá sus redondos 85 años, llevados con ilusión, paciencia y entereza, proporcionándonos a todos sus consanguíneos fenomenal ejemplo.
Allí se producirán entrañables momentos que habrán de guardarse, como oro en paño, en el haber individual y colectivo de “Los Resa Jiménez”. Nuestra sin par ciudad, cual amorosa madre, se sentirá sumamente agradecida por este feliz encuentro.
Úbeda, 24 de diciembre de 2009.