Los trinitarios: Los últimos serán los primeros, 6

14-12-2009.
Visto está que la campiña, allende el Salado, es para los calatravos; pero las tierras fértiles del valle y las rocosas cuevas serranas son para el resto de las órdenes, entre ellas, la de los templarios, que conocían perfectamente el fortín del Xhándola, reducto que entre 1214 y 1224 es abandonado por los calatravos. Se acercaba el milagro…

Y, sin embargo, fue público y notorio que, en toda España, la Orden del Temple era amada y respetada, porque al combatir durante casi dos siglos en las vicisitudes de la Reconquista,los monjes (caballeros‑soldados del Temple) fueron admirados por su espíritu militar y su demostrada capacidad para administrar las posesiones que se habían merecido y lo bien que se supieron integrar con las costumbres de cada localidad; de tal modo que, en el momento de su abolición, eran españoles la gran mayoría de los templarios perseguidos.
Y, sin embargo, en Andújar, cuna de “la mano blanca y la mano negra”, mistérica desde el valle a la sierra, abierta de par en par, abanderada de la tolerancia por siglos, dadivosa hasta quedarse sin nada, festoneada de ermitas iniciáticas como ninguna otra tierra andaluza, permanece en un hermético silencio, en una cómoda componenda de abandono que, por otra parte, causa perplejidad al comprobar cómo el método de los templarios, poniendo bafometos, vírgenes y cabezas parlantes ante la ignorancia del pueblo y la complicidad de los poderes públicos, ha llevado a la ciudad de Andújar a sacar en procesión, en el curso de un año, la mayor cantidad de Santos, Vírgenes, Cristos y Mártires que se puedan, batiendo un récord en esta España que nos dicen aconfesional, porque así lo manda la Constitución o Carta Magna de todos; pero extraña que algunos de estos personajes (no todos) luchen democráticamente por excluir el estudio de la asignatura de Religión en los centros educativos y se desgañiten, democráticamente también, dando vivas a las imágenes, cuando casi pierden el sentío,abrazados a las vírgenes negras.
¿No dejarían la ciudad a los poderosos trinitarios del Convento de San Eufrasio y los desengañados templarios se dispersarían, en el siglo XIV, por las ermitas que jalonan el camino hasta el Cerro de la Cabeza, donde permanecieron guardando su secreto, dejando a sus hermanos de religión, los trinitarios,la promoción de San Eufrasio, y reservándose para ellos la promoción de La Cabeza;hasta que en 1505, el Inquisidor de las Brujas confirma los viejos estatutos de la Cofradía Primigenia, fundada por caballeros templarios?
Así lo afirman Terrones Robles y antes Argote de Molina, al notificar en su libro Nobleza andaluza que, bajo la advocación de la Natividad de Nuestra Señora, habían fundado la cofradía más antigua que por escrituras consta haber tenido y se ha conservado en toda Andalucía.
Los trinitarios se pusieron bajo la advocación de la Santísima Trinidad. Los templarios bajo advocación, como era su norma, de la Natividad.
Pasan los años, alcanzamos el siglo XVI y aparecen, por la ermita de la Cabeza, dos trinitarios de gran porte: el ya anteriormente citado Marcos Criado y el reformador de la Orden Trinitaria, San Juan Bautista de la Concepción.
Ambos monjes visitaron y vivieron unos místicos momentos en el Santuario. El reformador, allá por 1596; y el mártir de Las Alpujarras,unas décadas antes. Ambos buscaron, en nuestra Montaña Sagrada, el temple y la fortaleza necesarios para alcanzar: uno el martirio y el otro la fuerza interior para una reforma, siempre compleja y complicada.
Aquella ermita, que se había empezado a levantar en 1287, es contemplada ya, en 1596, por Juan Bautista de la Concepción como un templo recio.
Si algún lector quisiera entretenerse y saborear la paulatina y constante construcción del Santuario a través de los siglos, le recomiendo el libro de Enrique Gómez: La Virgen de la Cabeza: leyenda, historia y actualidad. Es, éste, un libro tan digno y bien trabajado (¿lo habrá leído Iker?) que debería estar en la mesita de noche de tantos devotos a la Cabeza como dicen que hay, cosa que no me explico, porque mientras a Iker se le agota su libroen las librerías de Andújar, nuestro amigo Enrique, como otro cualquier investigador y devoto local (para más inri cronista de la ciudad, palanca capital de las actividades del Cabezo, miembro nato de la Cofradía Matriz y pregonero grande de la Romería), se las ve y se las desea, en su pueblo y entre sus romeros, para distribuir, en esas mismas librerías, esos mil ejemplares que le han llevado años el poderlos escribir.

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