Las primeras cuatro palabras que aprendí en francés me las enseñó don Esteban en este mismo colegio. Era el curso 60-61 del siglo pasado. No se me olvidarán jamás: ami – poli – piano – tapioca.
Don Esteban, entonces era un joven muy alto, oriundo (creía yo) de la France transpirenaica que trataba de acomodarse al “sano” clima de Úbeda, en sus buenos días de invierno, protegiendo su cuerpo con un pellizón gris pardo, digno de las películas alemanas de la posguerra. Lucía generosos sabañones en ambas manos y ambas orejas (no eran discriminatorios) y, por otra parte, muy comunes entre aquellos alumnos que apenas teníamos una docena de años.
De esta guisa se presentaba en el amplio estudio de la 3.ª División de Magisterio y, tras dar un seco golpe en la mesa con una regla de madera, nos hacía repetir a coro: ami-ami… poli-poli… piano-piano… tapioca-tapioca… Palabras que nos parecían agudas y rebuscadas.
Desafortunadamente, pronto desapareció su figura de nuestro entorno buscando nuevos horizontes, soñando otros destinos en los que, seguramente, le dieran mejor comida.
Él mismo afirma, en entrevista que concedió a nuestra secretaria Mari Carmen Ruiz (recomiendo ver y oír) que desde entonces se enamoró de la Safa, sentimiento que aún mantiene y acrecienta año tras año. Aún tiene vivos su cariño y sus recuerdos, como lo demuestra asistiendo a las asambleas de la Asociación de Antiguos Alumnos de Magisterio de Úbeda, desplazándose desde su residencia en Londres, regalando cientos de fotos, compartiendo anécdotas y vivencias. Un año no pudo asistir porque sufrió un robo en el coche de alquiler (creo que fue tomando café en Toledo) y lo dejaron con lo puesto, teniendo que renunciar al encuentro y volverse, como buenamente pudo, a su tierra.
Justos y agradecidos reconocemos hoy a este ilustre caballero safista que nos honra con su amistad y querencia.
Stephan, ami, poli…, lástima no poder regalarte el piano, o al menos un buen postre de tapioca.
Al menos, que sepas, que sepa Vos, que se os quiere.
(Retrato de Stephan pintado por Jesús Ferrer).
17 de octubre de 2013.