Pensando en fresco

25-10-2010.
En fresco, como gusta el pescado, que sea recién pescado, así me puse a escribir este comentario al finalizar la asamblea del día veintitrés de octubre.
Puede que fuese algo precipitada esta acción, pero así me encontraba con los datos, palabras e ideas bien grabados en la mente y no creo me dejase algo de lo que diré a continuación.

Que fue otra asamblea más de las que últimamente se celebran, sin mucha pena ni gloria, creo que nadie lo negará. Que constatamos que cada vez acudimos menos personal a las mismas, pues así fue y fue comentado por los presentes. Que se expusieron y debatieron ideas y datos ya viejos como temas en otras ocasiones, pues también.
También acudió don Stephan, siempre tan sacrificado y tan fiel, tan constante que nos debiera dar vergüenza a los demás; y que lo que hace, tan voluntariamente, no tiene ni nombre ni comparación. Y creo en verdad, también, que si alguien se mereciera alguna distinción futura sería este hombre, sin dudarlo.
Pero languidece la presencia de asociados y también languidecen o se debilitan los acuerdos que en asamblea tan magra se toman.
Mareamos la perdiz y se nos pasa de tanto marearla, mas también es gran verdad que ni en anteriores ocasiones ni en esta última hemos sido capaces de dar con las soluciones necesarias. Diagnosticamos, creo que correctamente; pero a la hora de resolver no hemos sido capaces con anterioridad ni ahora. Nadie, ninguno, seamos claros, somos capaces de propiciar el cambio de tendencia.
Hubo una cosa que tiene suma importancia y es que se puso en marcha la cuestión del premio académico que la Asociación adjudicará (o premios si se mantiene lo de dar tres por convocatoria). Era una de las finalidades que se establecieron desde el inicio de esta sociedad y muy anhelada por todos; tal vez sea en realidad lo que a partir de ahora dé sentido a todo. Por ello será muy necesario limar los pequeños inconvenientes declarados y procurar que esos premios sean una realidad ya.
También se estableció reconocer de alguna forma ciertos méritos de asociados o simpatizantes con las entregas de pin de plata u oro, según se determine la conveniencia o el grado de agradecimiento y reconocimiento determinado. Se entregarían en las asambleas ordinarias futuras.
Yo creo que son cosas que pueden dar cierto aliciente y animar el devenir anual asociativo, en aras de cubrir las carencias denunciadas. Ahora, debemos ser los asociados quienes determinemos, previa propuesta y consulta en la página de la Asociación, a quiénes y cuantas distinciones habrán de otorgarse.
También quedose en institucionalizar la fecha anual de la asamblea ordinaria, tal que quedase fija y así todo asociado sabría y dispondría en su agenda el fin de semana que le correspondería venir a Úbeda (o donde se determinase). Por cierto que ya se adelantó una propuesta para celebrar “la Pepa” en Cádiz, el año doce.
El que esto escribe no culminó la jornada sabioteña, que creo fue del todo satisfactoria, y de ello se congratula. Pero así como este escrito no es el acta oficial de la reunión tampoco pretende ser una crónica de lo acaecido, ni siquiera al modo de libro de anécdotas. Sólo pretendo que se inicie un periodo de reflexión colectiva que fructifique en propuestas y soluciones prácticas y efectivas, pues confieso que por mi parte, y por ahora, las ideas están agotadas.

Autor: Mariano Valcárcel González

Decir que entré en SAFA Úbeda a los 4 años y salí a los 19 ya es bastante. Que terminé Magisterio en el 70 me identifica con una promoción concreta, así como que pasé también por FP - delineación. Y luego de cabeza al trabajo del que me jubilé en el 2011. Maestro de escuela, sí.

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