“Los paisajes del alma”, 1

Por Fernando Sánchez Resa.

Vuelvo a mi Úbeda, una vez más, con ansias renovadas de tomar el pálpito amoroso a esta hermosa ciudad renacentista que lleva bastante tiempo ganándose a pulso la capitalidad cultural y musical de la provincia giennense, al ser centro neurálgico en el que se trenzan y enhebran tantos actos culturales, religiosos, festivos, musicales, cinéfilos…, tan atractivos y variados, que ya no ocurre como antaño cuando, al haber un solo acto, sabías a ciencia cierta adónde dirigirte. Nos está pasando a los ubetenses como a los sevillanos en Semana Santa y en otras fechas del calendario: que hay tal multiplicidad de tentaciones públicas a las que poder y querer asistir que has de pensarlo, muy mucho, cuál elegir.

En esta ciudad, en la que lo religioso y lo profano se dan la mano cada día más, y en donde las dos Chiquitillas del Gavellar, la patrona y la alcaldesa actual, ayudadas por una escogida corte terrenal, se han propuesto elevar al cuadro de honor a nuestra ciudad, Patrimonio de la Humanidad, me encuentro con múltiples y tentadoras ofertas a las que poder acudir: 31 Festival Internacional de Música y Danza Ciudad de Úbeda; IV Ubeda Soundtrack Festival;  Solsticio, en la Sinagoga del Agua; Ciclo Grandes Clásicos del Cine; XX Festival de Cuentos; XVI Fiestas del Renacimiento, etc.

Mas, como siempre me gusta hacer una visita al magno Hospital de Santiago, en el que se cuecen y desarrollan muchas actividades y sustanciosas exposiciones, me encuentro con la grata sorpresa de que el incombustible e inveterado artista, Antonio Espadas Salido, nos presenta una magnífica exposición en la inmensa Sala Pintor Elbo, que fue inaugurada el 12 de junio y permanecerá abierta hasta el 7 de julio, en donde sus setenta óleos y acuarelas más preciados, nos recuerdan que son los mismos que lleva dedicando a este noble arte de pintar nuestra simpar ciudad y sus contornos de una manera personalísima, con paletadas y trazos de sabiduría y maestría -en óleo o acuarela- que nos enamoran desde que nos ponemos delante de cualquier cuadro suyo.

Este artista ubetense -nacido en 1933 y con 86 años de dilatada experiencia- ha trabajado más de cincuenta años en su antigua y afamada droguería del Real, fundada por su padre, y siempre ha complementado su jornada laboral con su aprendizaje y enseñanza en la Casa de las Torres, antigua Escuela de Arte y Oficios, mediante la exposición “Los paisajes del alma”, vuelve a mostrarnos su linfa creadora y amorosa por esta ciudad que le vio nacer y crecer gracias a su queridos maestros: de  primaria, don Cristóbal Cantero; y de dibujo, don Narciso Alvarado Domínguez; y a la que ha dado tanto en todos los campos: pintando al término de su largas jornadas de trabajo; vendiendo a diario con su agrado y empatía peculiares; actuando como artista aficionado para regocijo de todo el mundo, como componente -durante bastantes años- del Grupo “Sembradores de la Alegría”, especialmente de los Hogares de la Tercera Edad; como hombre de fe, actuando en el papel de san Pedro en “Maranatha”; siendo dibujante empedernido de la afamada Revista Ibiut… Por todo ello, es plenamente comprensible que sea Hijo Predilecto de su ciudad natal desde 2004.

Por eso, en cuanto he podido, me he plantado en la Sala Pintor Elbo y he querido disfrutar de su maestría pausadamente, observando -cual niño sorprendido- su belleza y encanto naturales que sabe mostrarnos desinteresadamente en sus setenta cuadros de inigualable factura y maestría, aunque algunos me resuenen sus imágenes de anteriores exposiciones que nunca podré olvidar.

La soledad sonora que cada uno de sus cuadros exhala me ha servido para recordar esos recónditos rincones ubetenses en los que mi infancia y adolescencia andaban perdidas, pudiéndomelas encontrar una y otra vez, pues he visitado esta exposición cuatro veces: la primera vez, solo; otra, con mi hermana; la tercera, con mi esposa y dos buenos amigos; y hoy, la última, por ahora, que he aprovechado para volver a charlar y felicitar a su autor, pudiendo comprobar que su mente y memoria siguen en perfectas condiciones, aunque el atalaje corporal no le vaya a la par…

fernandosanchezresa@hotmail.com

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