Bazar

Perfil

Por Mariano Valcárcel González.

Bueno, aquí estamos tras el 10 de noviembre.

Como la sibila (una de esas que andan por las alturas de la Capilla Sixtina) vaticinaba el reinado de la confusión seria; es manifiesto. O sea, que jodidos estábamos y jodidos seguimos; que esto parece el batiburrillo de un bazar moruno, todo mezclado y disperso y al albur de las ofertas, las demandas y el regateo, regla máxima y ejecutable de cualquier bazar que se precie.

Como a mí me gusta analizar las cosas con cierto criterio objetivo y no dejarme llevar por los magníficos cantos de sirena, ¡qué digo de sirena: de walkirias cabalgantes!, pues me pongo los tapones cual Odiseo y sentadico en mi poltrona familiar (no se confundan, nunca calenté poltrona que no fuese la mía) y paso por mi mente, cual power point de realización propia, los fotogramas y textos que relatan los sucesos venidos hasta el momento.

Me paro en un detalle, al parecer de inicio nimio, pero que luego se va mostrando bastante importante; vamos, que tiene su enjundia y consistencia; que, desde las frustraciones de los años 15/16 de esta década y sus secuencias políticas casi de opereta, se ha venido repitiendo básicamente el mismo guion, cual esas telemovies de serie que nos ponen las tardes de sábados y domingos en las teles y que siempre son copiones de guiones básicos, una y otra vez repetidos (con distintos actores).

¿Que cuál es ese guion?, pues este: Pedro Sánchez, hombre ambicioso del PSOE, se propone como posible presidente de futuro gobierno (lo considera lógico, pues tiene la lista más votada en los comicios, pero no le basta con ello); Pablo Iglesias, hombre ambicioso del Podemos, partido surgido a la izquierda del PSOE como supuesta respuesta a las manifas del 15, pide alcanzar el cielo con la escalera de vicepresidencia y ministerios arañados al socialista, y así auparlo a la gobernanza, cosa que el señor Pedro no ve como ideal y no acata. Y se queda sin gobierno y gobierna la derecha pepera.

Hay un paréntesis posibilista, cuando todos a una, como en Fuenteovejuna, suscriben que el PP pierda su gobierno (y sale del mismo su hombre, Rajoy). Espejismo.

Espejismo, porque, cuando don Pedro se ve en el sillón presidencial -desde luego con claro carácter de interinidad-, lanza la propuesta de elecciones para afianzarse en el mismo, sin tener en cuenta que el Pablo sigue ajustado al libreto del anterior vodevil. ¿No quieres caldo, Pedro? Pues ahí van dos tazas. Se veía venir. Así que, aunque todavía tenga menos sillas en el Congreso, lo que quiero es lo que quiero (no la tarjeta del hormiguero), como ya expliqué antaño; y el asombrado Pedro se niega otra vez a tragar el ultimátum.

La apuesta de Iglesias y su pareja es fuerte; que saben muy bien que la derecha se afianza por su ultra y hay posibilidad de que, unidos ellos, también puedan volver al poder. Y también lo sabe el socialista.

Pero van a la segunda convocatoria general en meses. Se juega con fuego. Hay a quien le va la marcha, le sube la adrenalina, se pone…

Y aquí andamos. Iglesias y su pareja, que siguen perdiendo escaños, aprietan a Sánchez, lo chantajean más bien: o nosotros dentro, como dijimos, o te vas al carajo y convocas otra elección; no va más, como en la ruleta, y la jugada es rápida. Todo para el ganador, Iglesias, que se adjudica vicepresidencia y varios ministerios (incluida su señora en alguno) y eso que han seguido perdiendo puestos parlamentarios; en realidad, quien pierde en esto es Pedro Sánchez, que ha reculado hasta el año 16.

Je, je… Lo malo de esta táctica, perfectamente ejecutada por los neocomunistas, es que es perfectamente copiable.

Ahora, todo el que lo desee se siente autorizado a apretar al socialista hasta el estrangulamiento (o casi, que tampoco es que se arriesguen a acabarlo, porque para muchos las cosas se pondrían feas); pero como hay quienes en su demencia y fanatismo ahora lo peor es lo mejor, tal vez ese “apreteu” del demenciado Torra les sirva como acicate, especialmente a los de la supuesta Ezquerra Republicana catalana. Joder, joden mucho; pero pueden que, con su locura, nos jodan a los demás también (o sea, al resto de españoles que no se merecen estos tratos).

Mientras la derecha patriota, la de mucho ¡España! y poco intentar estabilizarla de alguna forma y con los renuncios indispensables y no solo con la imposición de sus programas (o estás conmigo o contra mí), actúa dejando que los que quieren la vuelta de la tortilla (del lado chamuscado por el tiempo) alcen cada vez su voz y se afiancen en el Congreso.

Toma ya.

A la fecha que redacto esto todo anda como he descrito antes. Esto es un bazar turco. Unos ofrecen, otros piden, otros regatean y los presentes actúan de testigos. Así que apuesten que tal vez acierten.

marianovalcarcel51@gmail.com

Autor: Mariano Valcárcel González

Decir que entré en SAFA Úbeda a los 4 años y salí a los 19 ya es bastante. Que terminé Magisterio en el 70 me identifica con una promoción concreta, así como que pasé también por FP - delineación. Y luego de cabeza al trabajo del que me jubilé en el 2011. Maestro de escuela, sí.

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