Por Mariano Valcárcel González.
Dos noticias me han llamado la atención estos días. Una, las declaraciones de una chica que se dice representante de Arran, rama juvenil del independentismo catalán, más radical incluso que sus valedores, los de la CUP. La otra, que se afirma que en Cuba no hay desnutrición infantil.
Aparentemente no tienen nada que ver, pero si se escarba un tantico las dos noticias se verá que algún enlace hay entre ellas. Las dos atañen a cuestiones que afectan a la sociedad y a la manera que una parte de la casta política tiene de concebirla o de estructurarla, incluso de gobernarla. Las dos tiene una base doctrinal en la que el individuo se diluye entre el colectivo, pues este tiene más importancia que aquel.