Por Fernando Sánchez Resa.
Hoy es un día especial para nosotros (mi esposa y yo). Salimos presurosos de nuestro exilio voluntario sevillano con ansias desbordadas de volver a nuestra tierra y a la de nuestros ancestros, a la “Ciudad de los Cerros” que tanto nos atrae y enamora.
La mañana transcurre veloz mientras dejamos atrás Sevilla con su soleado cielo. Pasamos por la circunvalación de Córdoba “La Sultana”, rememorando antiguas y entrañables visitas familiares o escolares, y llegamos raudos a Úbeda que nos espera remozada, con el Auditorio del Hospital de Santiago arreglado y mejorado, y celebrándose la V Feria Anual del Primer Aceite de Jaén.
Los churros con chocolate para el desayuno y la exquisita comida en el Restaurante “El Seco” (nuestra segunda casa, con la amabilidad que caracteriza a todo el personal, especialmente de Mari Tere y Gema), nos hacen soñar y deleitarnos con el turismo gastronómico de nuestra ciudad natal que es de alto nivel y que cautiva a cualquier autóctono o foráneo que quiera penetrar en su complejo mundo de sabores y olores en donde tradición, innovación y recuerdos se dan la mano amorosamente.
Y pronto, a eso de las siete de la tarde, pues queremos tener un lugar preferente en la hermosa y señera catedral de Baeza, cogemos nuestro coche y marchamos a nuestra ciudad hermana, oficial desde hace 22 años, gracias al XXII FESTIVAL DE MÚSICA ANTIGUA ÚBEDA Y BAEZA, aunque Patrimonio de la Humanidad de ambas ciudades desde 2003.
A pesar de la tempranera, cuando arribamos a la Plaza de Santa María y avistamos la escalinata de la magna Catedral de la Natividad, comprobamos que mucha gente ha hecho la misma jugada nuestra: llegar temprano para coger buen sitio. Todos aguardamos que se abran sus puertas para que se produzca, a las 20:30 h, la tan esperada inauguración de este festival que ya ha alcanzado gran prestigio europeo e internacional y que cada año se supera a sí mismo, con escogidos conciertos y emplazamientos que multiplican geométricamente su valor musical, atesorado en su rica y amplia programación, y enclavándola en recintos monumentales destacados. En esta edición habrá días en los que se producirán hasta tres eventos musicales para que su lenguaje universal no nos falte a los humanos que pacemos por estos lares y a los que vienen de bien lejos a saborearlo, año tras año, sin querer perdérselo.
Tras una entretenida espera, que sirve para saludar a viejos y queridos amigos o conocidos de toda la comarca de la Loma de Úbeda, entramos con presura al templo catedralicio que se encuentra discretamente iluminado, principalmente en su altar mayor, dándole un aspecto fiel de la genuina grandeza que le avala.
Con la disculpa (fundada) del director del festival, Javier Marín López, de la Universidad de Jaén, por la pequeña tardanza en comenzar el acto inaugural, puesto que los medios de comunicación siempre quieren hacer sus entrevistas antes de que empiece el evento musical, nos lee un sentido y acertado parlamento en el que nos recuerda los 22 años de unión músico-matrimonial ubetense-baezana que hoy se cumplen; así como los 15 años hermanadas como Patrimonio de la Humanidad. Javier aboga abiertamente por una hermandad más fraterna y solidaria entre todos los pueblos de Europa (pues la de Úbeda y Baeza ya está más que consolidada), precisamente en este día triste por el abandono, mediante el desafortunado Brexit del Reino Unido, siendo nefasto para ambas partes (Reino Unido y Europa); y clama por la unidad en la diversidad (como ya viene plasmado, en latín, en todos los programas y libros de mano del festival: UNITAS ET DIVERSITAS). Aprovecha la ocasión, con su voz juvenil y cantarina, para explicar en qué va a consistir el concierto inaugural que con tanto celo ha sido preparado por todos, organizadores e intérpretes. No es ni más ni menos que todo un canto a la unificación patrimonial de nuestro pasado y un recordatorio de nuestra vasta y extensa tradición musical mediante cuatro países europeos, grandes e importantes, que integran actualmente, juntamente con otros 24, la Comunidad Económica Europea (CEE). Por eso lo han titulado Europa: Concierto de Naciones,antes de que nos abandone definitiva y equivocadamente Inglaterra.