Por Dionisio Rodríguez Mejías.
3.- Futuro imperfecto.
Eran casi las doce de la mañana. No me atrevía a preguntarle que cómo estaba tan bien arreglado a aquellas horas, aunque me imaginaba lo que ocurría.
―Paco, ¿has pedido permiso en el trabajo? Lo digo, porque ya es casi mediodía.