Con motivo de la despedida de la Compañía de Jesús (más conocida por los Jesuitas) de nuestra patrimonial ciudad, el centro Safa de Úbeda ha querido rendirle homenaje por su larga presencia, programando una serie de actos. El primero de ellos va a ser la conferencia de hoy, impartida por el Dr. Antonio Almagro García, Catedrático del Centro de Profesorado de la Sagrada Familia de Úbeda y Miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Granada, en su Aula Magna, con el sugerente y evocador título: “Presencia de la Compañía de Jesús en Úbeda: Misión y Educación”.
Cuando entro en el patio de columnas, me encuentro una exposición de fotografías que testifica la presencia de la Compañía de Jesús en Úbeda desde 1941. Poco a poco va siendo foco de atención del nutrido y escogido ramillete de safistas, principalmente egresados, que acuden a la cita por invitación de la dirección del centro y que aprovechan para recorrerla, charlando distendidamente sobre aquellos tiempos en los que cada cual anduvo por estos lares (más joven e ilusionado) y de los recuerdos y vivencias que sus imágenes evocan.
Ya aposentados en el Aula Magna y algo más tarde de la hora anunciada, las 19:30 h, los componentes de la mesa presidencial comienzan el acto. Son (de izquierda a derecha, frente al público) Antonio Almagro García, el conferenciante; Soledad de la Blanca, directora de la Escuela Universitaria de Magisterio del centro; y Víctor Pérez Cárdenas, director de la institución Safa de Úbeda.
Es Víctor quien toma la palabra para saludar al auditorio con un campechano «buenas tardes», explicando las dos razones (homenaje y despedida) por las que se ha pensado en conmemorarlo, mediante una serie de actos, con motivo de la última llegada a nuestra ciudad (desde 1941 hasta la despedida, el pasado mes de julio de 2014). Y argumenta la razón por la que se ha producido: motivos internos de la propia Compañía de Jesús, que se ha visto obligada a ir cerrando y agrupando comunidades, redistribuyendo sus efectivos en diversas parroquias o colegios de toda la comunidad andaluza… Por tal motivo, se nombró una comisión que fue la que programó las siguientes actividades: la oportuna e interesante conferencia de hoy; la mencionada exposición fotográfica; y, para el sábado (21), celebrar una eucaristía (a las 11:30 h, en la iglesia de S. Juan Bautista), presidida por el Vicario General de la Diócesis de Jaén, P. Francisco Juan Martínez Rojas, y a las 12:30 h, el Acto de homenaje en el Salón de Actos, presidido por el Provincial de España, P. Francisco José Ruiz Pérez, acompañado de 24 curas de la Safa…
Soledad comienza expresando que es un gran honor para ella presentar a un colega y gran compañero, que ha sido el que ha demostrado mayor vinculación con la Safa y la Escuela de Magisterio. Lee su extenso y completo currículo para que el auditorio quede enterado.
Y ya solo en el estrado, Antonio hace gala de su retranca humorística (que repetirá en varias ocasiones, con espontáneas risas del público) diciendo: «Si no quedo bien con la conferencia que voy a impartir, me podéis llevar al Pilón del León, aunque no traiga ropa preparada para ello…».
Explica que para su disertación se ha basado principalmente en dos obras: H.ª de la Compañía de Jesús del padre Roa y el Manuscrito del Colegio de Úbeda de 1634; completándolas con la información obtenida en el Archivo histórico municipal, actas capitulares y bibliografía más a mano; aunque no sabe si leer o improvisar la ponencia, pues ambas tienen sus ventajas e inconvenientes. Opta por coger el camino de en medio y, unas veces, lee inspirados textos de otros autores (para que no se le escapen ideas), y otras, explica (con su gracejo andaluz característico) todo lo que ha estudiado y lo mucho que sabe del tema…
Comienza leyendo un texto del padre Leonardo Molina, cogido de la revista Ibiut del año 1999, resaltando que el padre Villoslada, en 1940, ofrece fundar las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia… Y, por medio de un power point, nos muestra el esquema de su conferencia:
—Introducción.
—De los primeros años hasta la Fundación del colegio (1555-1593).
—De la Fundación del colegio a la Expulsión de la Compañía (1597-1767), con tres apartados: Lo temporal; La iglesia nueva y el colegio; y Misión y Educación.
—La expulsión de la Compañía y sus consecuencias (1767‑1940).
Argumenta que de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia va a hablar poco, pues es una institución viva y de la que los presentes bien conocemos su historia.
Aunque yo estuve tomando buena nota de los muchos datos, chascarrillos y anécdotas que el conferenciante hizo gala, no voy a anotarlos todos aquí (lógicamente), porque este artículo sería interminable. Ya de por sí saldrá extenso. Haré mi particular breve resumen que sirva de recordatorio de todo lo que Almagro García dijo.
Comienza describiendo la Úbeda del siglo XVI (del que es especialista Antonio), recordando que, por entonces, tenía 16 000 habitantes, 11 parroquias… y a la que llamaban exageradamente «La ciudad de las 100 iglesias y los 1 000 palacios…». Recuerda que en este siglo se van a implantar 16 conventos, para seguir la decadencia de nuestra ciudad en el XVII; y el caos generalizado, agravado por la Guerra de la Independencia, en el XVIII; y el florecimiento cultural, que sentó las bases de lo que hoy somos, en el XIX. Aquí no había estado la Compañía de Jesús, pero se la esperaba… Empezaron en Baeza, viniendo asiduamente a Úbeda, hasta que personas ilustres y bondadosas donaron terrenos para que se instalase aquí. Destaca al obispo de Jaén, F.º Sarmiento de Mendoza, al que el padre Roa lo define como “agradecido…”, pues fue él quien (entre pleitos y avatares) consiguió que la Ermita de Santa Catalina, sita en la calle Compañía, pasase a manos de la Compañía de Jesús.
Es en 1593 cuando se crea propiamente el colegio, con donaciones dinerarias, de especie e incluso con la cesión de la calle Real hasta la puerta de “nuestra casa”…, en la calle Compañía. Antonio advierte que hay inventario de los bienes que tenían en este colegio y que próximamente lo publicarán para estudiosos y amantes del tema…
Todavía hay restos arqueológicos de la iglesia nueva y del colegio, que están en el edificio de una casa comercial (que de broma dice «no quiero nombrar, porque no me han pagado por ello…»; con acompañamiento de risas y carcajadas), pero que luego sale en la siguiente foto: es el comercio “Casa Biedma”… Con fino humor, va mostrando en pantalla magníficas fotografías que corroboran todo lo que está diciendo… Hay datos documentales que avalan cuándo se inicia; y cómo, su director y varios Caballeros Veinticuatro van pidiendo por la ciudad para su construcción… Sabemos también que, en Úbeda, el Hermano Pedro García («No confundir con el actual director de primaria e infantil Safa», con las consiguientes risas del respetable…) que unos aseguran murió en Úbeda y otros en Sevilla, por lo que él lo deja en el término medio: en Écija, con más risas del público… El día de San Ignacio de 1618 es cuando se termina la iglesia y acude para celebrarlo todo el cabildo municipal e incluso don Lope de Molina Valenzuela, constructor del Palacio del Marqués de Mancera… Luego se concederían 300 reales para arreglar la cúpula y como dijo (graciosamente) Antonio «no había ni para yeso…». Vemos el balcón del primer piso con su escudo en el dintel de piedra, bóvedas, patio central y escalera, que era precisamente donde estaba la iglesia… El colegio se encontraba junto a la muralla de la ciudad, cuya foto también nos muestra, relatando las vicisitudes de su construcción; leyendo incluso la extensa lista de artesanos que vivían o trabajaban en la calle Real y aledaños… Tanto el colegio como la iglesia tenían una fábrica arquitectónica muy austera…
Habla también de las misiones anuales que la Compañía de Jesús llevaba a cabo en diferentes pueblos de Jaén y Andalucía; las doctrinas y pláticas en diferentes lugares; las amistades que se procuraban infundir a los caballeros belicosos de la ciudad con tal de que no se pelearan; las conferencias; las congregaciones de la gente de plaza (personal importante que no tenía necesidad de trabajar); las conversiones y hasta las apariciones. Lee un interesante texto sobre las celebraciones festivas, resaltándolas como fiestas barrocas…
Recuerda que Francisco de los Cobos funda una universidad en nuestra ciudad (como la de Bolonia o Salamanca); pero que, cuando muere, se viene abajo, a pesar de que su señora, doña María de Mendoza, intenta mantenerla hasta 1764…
Explica que la educación elemental para niños (que no para niñas) se mantuvo con donativos particulares y del concejo, desvelando que los maestros no cobraban nunca y que vivían de ocupas…; todo ello bien documentado. Y, además, nos descubre el número de alumnos que tenían: 200 para dos maestros, siendo uno de ellos principiante. Todos nos reímos y comparamos la ratio actual con aquella… Resalta que, por entonces, la pedagogía lúdica no estaba bien vista (no estaba de moda enseñar a los niños a jugar); y que los Caballeros Veinticuatro llevaban a cabo misiones pedagógicas… También en este colegio había educación profesional y gremial, muy curiosa, y con muchísimas carencias…
En 1633 empiezan las aulas. Y explica su funcionamiento con los varios grados (elemental, medio y superior), afirmando que este colegio fue fundado con reticencias del de Baeza, aunque las obras fueron acabadas.
Nos advierte que la mayoría de la población ubetense era analfabeta y lee un escrito del cabildo en el que muestra la remuneración que le hace a la Compañía de Jesús, facultándole para pastar los carneros que tenía junto a las murallas, como muesta de agradecimiento…
La expulsión de los jesuitas (1767‑1940) se produjo en el reinado de Carlos III, echándole toda la culpa al Motín de Esquilache; pero hay otras razones que no se para a decir. Después, la iglesia siguió funcionando. La expulsión fue, de un día para otro, dramática al fin. Y nuestra ciudad admitió la orden tajante, hasta que en 1814 se restaura la Compañía de Jesús en España, y Úbeda pide que vuelva. Pero como el gobierno obliga a pagarla al municipio (1815), y como no posee un duro, tienen que transcurrir 173 años más hasta que vuelva Rafael Villoslada con la Compañía de Jesús como misión educativa: es el momento de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia. El 13‑10‑1940 se instalan las escuelas de las primeras letras en el Palacio de los Medinillas, en cuya casa de enfrente nació Antonio, según él mismo afirma, y cuya foto muestra diciendo que aún no tiene puesta la placa de “se vende”, que no la otra que lo recuerde como persona importante…, trayendo a colación la anécdota del escritor gaditano José M.ª Pemán y su acompañante, que todos reímos…
Luego, hace un agudo y fundamentado paralelismo entre Andrés de Vandelvira y Ramón Pajares Pardo (ambos insignes arquitectos) y habla de Palma Burgos, siendo los dos últimos artífices de la iglesia de Cristo Rey, habiéndose basado ambos en los edificios de la Plaza Vázquez de Molina (El Salvador, Palacio de las Cadenas, etc.), infundiéndole parecido con estos edificios emblemáticos, al igual que al resto de los nuevos edificios de la Safa de Úbeda, mostrando fotografías y leyendo textos para corroborarlo… Lee lo que escribió Palma Burgos sobre el padre Villoslada, un texto sin desperdicio en el que alaba al fundador, explicándolo todo…
Y, como broche final, el conferenciante pone en pantalla y lee un hermoso texto de Tanguy, “Historia de un niño de hoy”, de Michel del Castillo que nos deja con la miel en los labios…
Sube al estrado el director para cerrar el acto y preguntar si hay alguien que desee hacer alguna pregunta o haya tenido alguna duda; y un espontáneo cuestiona al ponente el porqué en la lista de los artesanos de la calle Real (que ha leído hace un rato) no están los alfareros. Su respuesta es contundente: «Porque este oficio necesita mucho sol…; por eso, todos los alfareros están ubicados en la acera de la derecha de la calle Valencia, que da al sur; aunque sí hubo tejares en la calle Compañía…».
Y con el sonoro y sincero aplauso, el público puesto en pie felicita y agradece a Antonio Almagro la sabiduría mostrada. Son más de las nueve de la noche, mientras obligaciones u ocios llaman a los asistentes a partir…
Así termina una bonita y redonda jornada en la que la sufrida Compañía de Jesús se ha hecho presente entre los asistentes, rememorado un pasado remoto (y también próximo), con el fin de seguir siendo fértil semilla y argamasa para la educación, la cultura, la religiosidad, el ocio…; incluso sin su presencia física en Úbeda.
Úbeda, 19 de marzo de 2015.