Por Fernando Sánchez Resa.
Acabo de salir de la primera función dominical del musical El Jorobado de Notre Dame en el teatro Ideal Cinema de Úbeda, en esta gélida mañana de enero que empezó con agua nieve y veremos a ver cómo acaba. Mi intención fue hacerlo ayer tarde, pero me fue imposible, pues eran tales las colas que había que, cuando llegué a la taquilla, entonces me enteré que, días antes, las entradas se habían agotado.
Con puntualidad encomiable, comenzó la función ante un público mayoritariamente infantil que, con la alegría, la espontaneidad y la simpatía que le caracteriza, esperaba ansioso su puesta en escena.
La historia casi todo el mundo la sabíamos, pues la hemos leído o visionado varias veces, siendo una película de animación producida por Walt Disney Pictures y una extraordinaria adaptación de la obra literaria Nuestra Señora de París, escrita por Víctor Hugo…
Nos cuenta la vida de Cuasimodo, el jorobado de Notre Dame, que en su deformidad y apartamiento social encuentra aliados fieles en la bella bailarina Esmeralda, el oficial Febo y las gárgolas de la catedral que toman vida, entre otros, para hacerle salir de su retiro forzoso y de su mentalidad cuadriculada, conformada por el arcediano Frollo, su siniestro preceptor, en la que todo el mundo es malo o perverso… Hasta que visita La Corte de los Milagros y, con sufrimiento, como la propia vida, consigue su libertad, incluso conociendo y acariciando el amor al que por su deformidad nunca había aspirado… Hasta que al final, una niña se acerca a Quasimodo y lo abraza, permitiendo que el resto de las personas le den la bienvenida a su sociedad, recibiéndolo como a un héroe… Es una bella historia con moraleja, salida de la proverbial mano de ese gran escritor francés universal que dejó tan buenas muestras escritas…
Los decorados han sido parcos pero sugerentes; el vestuario prodigioso y elaboradísimo (¡enhorabuena a esas madres por su imaginación hecha realidad tangible…!); los diálogos claros y chispeantes; y las canciones, cuasi a capella, acompañadas de música en playback y coreografías acordes, tienen un mérito encomiable, pues hay canciones difíciles de entonar y más para unas actrices aficionadas que no saben música, pero que bien saben disimularlo… Y qué decir del apoteósico final de la función, cuando todas las actrices bajaron al patio de butacas para ser recibidas y laureadas como heroínas por el entusiasmado público, infantil o maduro…
Este cuadro escénico lleva una ruta ascendente, pues empezaron con el playback para todo y ya lo hacen en vivo y en directo (¡olé, ahí!). No sé de lo que serán capaces, pues cada año nos traen un nuevo y edificante espectáculo musical, con el firme y decidido objetivo de sacar fondos solidarios para personas necesitadas de nuestro entorno ubetense; pero es que, además, han formado una piña humana que da renombre y ejemplo al colegio Sebastián de Córdoba, desde el que ha nacido, y a sus propios alumnos e hijos que ven cómo se pueden divertir sus madres alcanzando objetivos humanitarios dignos de encomio…
A este paso, ya no hará falta ir a Broadway ni a Madrid para ver un musical en su salsa, pues la Asociación Madres en Cuerpo y Alma, dirigida por Josefina Godino, y organizada por la Asociación del CEIP “Sebastián de Córdoba”, es capaz de remover cielo y tierra para regalarnos un nuevo musical cada temporada (o más), trabajando el mundo de la fantasía y la ilusión al que cualquier persona, de cualquier edad, tiene derecho; yo diría, obligación… ¡Soñar es tan bonito y necesario…!
Con ansia y expectación toda Úbeda espera vuestro próximo estreno musical. ¡Felicidades por vuestra actuación y empeño…!
Úbeda, 18 de enero de 2014.