Enviado por Fernando Sánchez Resa.
Úbeda, 16 de diciembre de 2014.
Querida mamá:
Por fin ha llegado ese día, tan ansiado por ti, en el que, tras despedir a tus alumnos y apagar las luces del aula, has cerrado definitivamente su puerta, quedando tiza y borrador al pie de la pizarra, a la espera de un nuevo docente. Sin embargo, ni tú ni nosotros suponíamos que dicha clausura se produciría realmente en la Navidad de 2012, de modo que estos dos últimos años de convalecencia, tras un fugaz intento de reincorporación, se convertirían en prejubilación preparatoria del definitivo parón administrativo.