Por José del Moral de la Vega.
Este otoño estamos viviendo ambientes que nos estremecen y nos conducen a la realidad ineludible de nosotros mismos.
Hay veces en que, sin razón aparente, nos sentimos dentro de un ambiente donde los sentidos escapan a nuestro control. La luz, el viento, el paisaje y el canto de los pájaros… nos penetran y zarandean el alma para llevarnos a un estado emocional que nos eleva a un mundo distinto del que vivimos.
Don Antonio Machado, con esa facilidad con la que filosofaba para el pueblo, plasmó ese estado emocional en un poemita al cual, el compositor extremeño Juan Alfonso García, puso música.