En esta plácida tarde septembrina de viernes, siendo las ocho de la tarde, se arremolina un selecto grupo de incondicionales amigos y admiradores de nuestro flamante Príncipe de Asturias de las Letras 2013, frente a mi espadaña (pues últimamente me han convertido en imantado talismán de lo ubetense más genuino), convocados por Mauricio Jiménez Larios, a las puertas de su estudio Oyarkandal…