El alma se desnuda ante los ojos
del Todopoderoso.
El alma sin sus límites
se queda en cueros vivos,
desea la transparencia,
que la luz la penetre,
la inunde y se haga llama
de Amor viva,
y la deje hecha un trapo
para borrar las huellas
que dejaron los lentos
rebaños de querubes
en su piel sensitiva.