Poema que habla
del jardín de mi abuelo,
Pedro Robles Mota
(almacenes Los Espejos,
de Úbeda).
La fuente y los peces, ¡el agua clara!;
la danza del agua en la tacita,
el borboteo del agua, cancioncilla
que alegra la tarde iluminada.
Antiguos Alumnos de Magisterio SAFA (AAMSU)
Poema que habla
del jardín de mi abuelo,
Pedro Robles Mota
(almacenes Los Espejos,
de Úbeda).
La fuente y los peces, ¡el agua clara!;
la danza del agua en la tacita,
el borboteo del agua, cancioncilla
que alegra la tarde iluminada.
Ya en el hospital, me subieron a una sala vacía destinada a militares. Me trajeron ropa interior, pues solo venía envuelto en una manta y con un pequeño escapulario de la Virgen del Carmen, que ‑para mí‑ era un seguro de salud y salvación en los peligros. Él sería mi fiel compañero en los tres años que duraría mi peregrinación y destierro en campo rojo; a él debería mi salvación de tantos peligros y acudiría en momentos de ansia y necesidad, encontrando el consuelo deseado, cuando lo estrechaba contra mi pecho ante los peligros de la guerra; sería, en definitiva: mi guía, luz y consuelo en el trienio que me esperaba hasta encontrarme de nuevo en mi convento carmelitano de Úbeda. Por eso, cuando pasado ese tiempo, tuve que sustituirlo, causó gran pena y tristeza a mi corazón.