El fulgor de la juventud, 1

15-05-2010.
Un instante dura el fulgor de la juventud. Sólo un giro en los cuerpos celestes suspendidos en el vacío del firmamento. Cuando gozamos de los floridos años nos parece que nunca han de trocarse las galanuras del cuerpo en harapos de vejez, y la agilidad de los miembros en torpeza y pesadumbre. Tienes el ejemplo de las flores: la hermosura de las violas o los lirios silvestres o la llamativa azalea dura un soplo. Luego se agostan, se hacen humo, polvo, nada.

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