28-10-2008.
VINILO
Sylvie Vartan fue toda de vinilo.
Blanca, candente,
un microsurco envuelto
en una servilleta
con restos de carmín.
Si je chante c’est pour toi, c’est pour toi.
Surgía del pick-up
de nuestras reuniones utópicas
y frágiles, comme un garçon,
como un humo intangible
de plata lenilunio:
volátil, quebradiza.
Voz que desmadejaba
nuestros huesos de niños
dejándonos el alma
herida de río Sena.
Y luego se evadía con Johnny Holliday
a bordo de una moto
potente y dislocada,
cuando París no era
sino un gran club nocturno.
☻