Villoslada, un hombre de oración
¡Cuántas veces, cuando arreciaban las dificultades (y fueron tantas, tantas…) mandaba el padre Villoslada exponer el Santísimo Sacramento por la noche y, durante toda ella, por turnos de cuartos de hora, todos, profesores y alumnos ‑aún los más niños‑, se pasaban el tiempo de su turno rezando a coro la jaculatoria milagrosa: «Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío».