Reflexiones, cicatrices y balance, y 2

09-10-2008.
De la estancia de Burguillos en Úbeda, tal vez su trato con los estudiantes de Magisterio fuera lo único relevante. Tomó la Segunda División como la parte de su heredad. Y a mejorarla se entregó de lleno. Su cambio y mejoras eran cosa suya. Que él era el último responsable. Y, como el esfuerzo le cundía, ¡con qué coraje se dio a ello! Echó tanto entusiasmo en suplir sus carencias pedagógicas que llegó a fusionarse gozosamente con el trabajo. Le parecía el entrenamiento de una adicción deportiva. Y los mozos, mediterráneos, vitalistas, ¡cómo le azuzaban! Acaso ahí, en esta empatía, se esbozó el logro para una identificación simbiótica, feliz.

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