Confesando inocentes

Dedicado al P. José Molina -“Cura Pepe” para los amigos-, profesor de la Safa de Úbeda.
El padre Molinero llevaba más de media vida dedicado a desasnar a las jóvenes generaciones del barrio. Treinta años, para ser exactos. De tal modo era ya parte viva de aquel extraño ente, llamado barrio del Carmen, que cada comienzo de curso se convertía para él en una especie de reencuentro con los fantasmas del pasado. Bueno lo de fantasmas era una forma amable de decirlo. Que ojalá hubiesen sido tales y no lo que realmente eran: reencarnaciones puras y duras de algunos elementos de infausta memoria.

Continuar leyendo «Confesando inocentes»

Culpable inocencia

25-09-06.
Que Ricardín no era precisamente un angelito del cielo lo sabía hasta el tonto del pueblo. Bueno, ese, si he de decir la verdad, lo sabía mejor que nadie. El Jefe de la Policía Local, que también estaba al corriente de su buena conducta, creía, con absoluta certeza, que la vocación del muchacho era la de domador de piedras.
—El niño está empeñado en enseñar a volar a todas las piedras del pueblo —le dijo un día a su madre.

Continuar leyendo «Culpable inocencia»

El juguete de mi niño

(Un relato de Navidad, que no un cuento navideño)
Tenía que comprarle a mi nieto los juguetes antes de que se echara encima la Navidad. Se han puesto los tiempos de tal modo que, con las prisas de algunos por garantizarse que los Reyes Magos van a traerles el pedido solicitado, antes de que te des cuenta se han agotado todos los juguetes punteros.
Con el fin de conocer las ofertas destacadas de este año, mi nieto y yo disfrutamos como enanos días pasados viendo la publicidad de los juguetes más novedosos de la temporada. Monstruos de diversas y horrorosas formas y colores amenazaban desde la pequeña pantalla despertando en nosotros antiguas emociones vividas en las más espeluznantes películas de terror de los últimos años.

Continuar leyendo «El juguete de mi niño»

¿Vais a comer?

‑No. Vamos al comedor.

Así, con todas las letras, respondió al administrador un señor alumno cuando, en riguroso orden, iba en unión de sus compañeros a visitar los platos del comedor luego de oler los aromas que emanaban del comedor de los curas…

Que si robamos las palomas, que si fuiste tú… que no, que yo soy inocente, que fue Blas quien se comió la primera… Que Luis se zampó cinco canarios recién robados de la canariera y asados allí mismo, con plumas y todo…

Hay que ver de lo que uno se entera con el paso de los años. Y eso que muchos de aquellos angelitos son o han sido luego señores maestros, inspectores de educación, profesores de instituto, directores, profesores de universidad…

Continuar leyendo «¿Vais a comer?»

Pluto, el travieso

09-07-07.
El pobre Pluto llevaba el sello de la desgracia grabado en la piel. Pluto era el más pequeño de una familia numerosa. Sus hermanos nunca lo habían mirado con demasiado cariño, esa es la verdad. Desde su nacimiento, Pluto había decidido compensar su pequeñez con una actitud personal absolutamente original, cosa que enfadaba a sus hermanos mayores, quienes no comprendían su rebelde actitud.
Mientras ellos seguían un camino determinado, cuando acompañaban a papá en sus largos paseos diarios, Pluto prefería desviarse, impulsado por su insaciable curiosidad. Y no sólo seguía un camino más largo que sus hermanos, sino que, además, curioseaba por las márgenes del sendero ‑unas veces a la izquierda, otras a la derecha‑, «buscando nuevas amistades», según decía.

Continuar leyendo «Pluto, el travieso»

El último viaje

El conductor clavó su mirada en el espejo retrovisor, lo movió suavemente y, de nuevo, lo devolvió a su posición inicial. Una sonrisa apenas esbozada, acompañada de una leve inclinación de cabeza, devolvió la tranquilidad a los dos viajeros que, segundos antes, habían llamado su atención sobre el joven que acababa de tomar asiento en la parte trasera del vehículo.
—Lo conozco: no hay problema —susurró levemente para apaciguar el nerviosismo de los pasajeros que, ante su presencia, habían intercambiado una serie de gestos de inquietud.

Continuar leyendo «El último viaje»