25-11-2009.
El placer está en tus manos
Vocabulario elemental para cursar con éxito los estudios que, con este nombre, se imparten en los talleres de la Junta de Extremadura.
“Asexoramiento”. Conocimientos, consejos, métodos y deberes que el alumnado ejecuta con sumo gusto.
“Dar la mano”. Norma tradicional en la gente educada para saludar a los conocidos y que, por razones obvias, se desaconseja al salir de una clase práctica, sobre todo.
“Echar una mano”. Movimiento inicial para que los instrumentos que ejerciten pierdan la natural flacidez que ocasionan, por ejemplo, las clases de Física y Matemáticas.
“Estáis en buenas manos”. Frase preliminar con la que el profesor introduce la materia, para infundir seguridad y autoestima a los educandos.
“Extrememo”. Discípulo modélico y extremadamente aplicado, que pasa las veinticuatro horas del día haciendo los deberes, como un tonto.
“Horo molido”. Valiosos sesenta minutos que pierde el alumno en el taller; y estado en que queda, después de una sesión de noble y generosa entrega.
“Maniobrar”. Volver al andamio y seguir levantando pared, después de clase.
“Manipolución”. Meter gol en propia puerta.
“Manirroto”. Alumno con el escafoides y tres metacarpianos afectados, por ejecutar las tareas escolares con excesivo ímpetu y vigor.
“Manojo”. No quitar la vista del aparato mientras se lleva a cabo la actividad.
“Manu militari”. Taller que próximamente se impartirá a nuestras gloriosas Fuerzas Armadas, para que los reclutas de Badajoz puedan “hacerse el amor”, en la garita, mientras silban “Banderita tu eres roja…”.
“Mono maníaco”. Título que entrega el Director del centro al alumno que ha demostrado mayor aplicación y aprovechamiento. Suele ir acompañado de una espléndida beca, para ampliación de estudios en el extranjero.
“Pedir la mano”. Antes se solicitaba al padre de la novia, generalmente. Ahora no.
“Recorrido”. Alumno que en una sesión repite el ejercicio muchas veces, con resultado satisfactorio en todas ellas.
“Reverde”. Discípulo sumiso y obediente que acepta al aprendizaje de las materias impartidas, sin sublevarse y con especial deleite.
“Soy mano”. Cuando equivale a decir «Empiezo yo», no existe peligro alguno; pero debemos empezar a preocuparnos si, al preguntar a un alumno «¿Quién eres tú?», responde con las palabras antedichas.
“Última mano”. Actividad indicada para los minutos finales de clase. Debe reservarse para los alumnos más selectos y especialmente dotados de resistencia y emotividad. Muy útil, también, para escolares que no se conforman con aprobar la asignatura por los pelos e intentan conseguir un recorrido extraordinario.