Lo he escrito y dicho en más de una ocasión «cada persona es protagonista indiscutible, a lo largo de su corta o larga vida, de una historia más o menos interesante, sorprendente y entretenida, dependiendo -entre otros factores- de la pluma que la escriba; sobre todo, si sabe conjugar verdad con ficción, en proporciones adecuadas, para que salga una novela de corte moderno en la que el autor, protagonista o narrador quede bien retratado».
Viene esto a cuento porque acabo de leer pausada, pero ininterrumpidamente, la novela Las tres moradas de Antonio Lara Pozuelo, primer catedrático de literatura española en la Universidad de Lausanne (Suiza).