¡Sonoro y desgarrador silencio…!

Andan nuestras calles y plazas desiertas y sombrías, a pesar del sol y la luz que las iluminan. Se respira un tétrico e inhumano frío en esta visión dantesca de nuestras ciudades y pueblos vacíos por el miedo y la obligación legislada. Llegó la hermosa primavera a nuestra tierra andaluza, aunque travestida de ausencia, silencio y pena por la guerra bacteriológica en la que la han metido desde China.
Nadie preveía que los almendros en flor, con sus nevados atuendos, serían, este año, premonitorios de una pandemia que nos come y atenaza por todos lados, sin que el mismo confinamiento poblacional nos sirva de consuelo excesivo. Van demasiados muertos en este tiempo sin primavera real ni Semana Santa barroca (siendo hoy Domingo de Ramos, en el que aprendimos de pequeños, en nuestra querida Úbeda (Jaén), que si no se estrenaba alguna prenda de vestir se nos caerían las manos) con las que consolarse para pedir más salud y trabajo para todo el mundo; ¡ah!, y que los políticos se entiendan y lo hagan acertadamente, por favor, para bien de todos.

 


El miedo y la tristeza van de la mano en nuestras mentes y cuerpos, aunque nos creíamos invencibles pensando que la parca todavía andaba lejos de nuestros territorios, pues está hollándolos y llevándose a demasiados componentes de las generaciones españolas estrella (de los que actualmente tienen 70, 80, 90 años), imprescindibles para nuestro pasado, presente y futuro. ¡Cuánta pérdida humana y de memoria histórica, albergada en sus cerebros y vidas, que ya no podrán evocarse cuando tanto ayudaron a levantar a este país, llamado España!
Pase ya, este duro cáliz, cual sonoro y desgarrador silencio, en este Domingo de Ramos atípico, sin palmas ni procesiones con que celebrarlo, solo roto por los cantos de las avecillas que surcan nuestro cielo y con el perfumado olor del azahar de nuestros naranjos. Llegue ya la esperanza reposada -de un final feliz- a este drama de la Covi-19. Y que aprendamos -en verdad- de todo lo vivido en la soledad de nuestros domicilios…
¡Que así sea…!
Sevilla, 5 de abril de 2020.
Fernando Sánchez Resa

Un comentario en “¡Sonoro y desgarrador silencio…!”

  1. Qué razón llevas, Fernando. Sólo nos queda poetizar ese dolor extraño que se ha instalado en nuestras vidas. Me hermano contigo en el sentimiento de tantas personas muertas y de los ancianos.

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