Aquí sigo confinada y muy enferma, dándole vueltas a la cabeza, mezclando pasado, presente y futuro (más pasado y presente que futuro, lógicamente, lo tengo que admitir) con esta pandemia que nos come por todos lados y que va a sacar lo peor (ojalá que lo mejor) de nosotros mismos como raza humana, cuando nos cuentan que va a suponer un antes y un después en el comportamiento cotidiano de nuestra depredadora especie. Ojalá sirva para enmendar errores garrafales que estamos cometiendo los humanos, a saber: maltrato de nuestra madre tierra haciendo con nuestro planeta un continuo desatino; menosprecio de nuestros hermanos humanos, y también de los animales, exterminándolos sin contemplación ninguna en aras de una globalización y desarrollo desaforado mal entendido; desobedeciendo el mandado natural y divino de amar a los demás como a uno mismo; siguiendo el cainismo que llevamos intrínseco mediante un egoísmo exacerbado con todo lo que pensamos o tocamos…