Por Fernando Sánchez Resa.
Las obras más características de Cornell eran conjuntos de objetos contenidos en cajas, tales como la famosa caja Medici Slot Machine, siendo interactivas y habiendo sido concebidas para ser manipuladas. Se basaban en la técnica surrealista de yuxtaposición irracional y en las evocaciones a la nostalgia. Posteriormente sería aclamado como el heraldo del arte pop y del arte de instalaciones.
Por eso, Fernando Baños, comisario de esta exposición, ha reunido a los siguientes artistas: Anna Jhonsson, Asunción Lozano, Belén Mazuecos, Fernando Baños, Juan F. Lacomba, Pablo Fdez. Pujol, Pablo Sycet, Paco Lara, Pedro Castrortega, Pedro Cuadra, Pedro Osakar, Rocío Arregui, Francisco Rovira, Sonsoles Brilhantes y Yolanda Relinque para que aporten su visión personal al concepto empleado por Cornell, realizando sus obras dentro de cajas y desarrollando sus propios conceptos poéticos, cual si del homenajeado se tratase.
La verdad es que todas ellas impactaron mucho por su variedad extrema, en donde la austeridad formal del constructivismo se dieron la mano con la fantasía del surrealismo, haciendo volar la imaginación del visitante, materializando sueños o recuerdos en tan poco espacio, mediante la más heterogénea agrupación de objetos.
La sexta muestra fue “Compro oro” de Belén Franco, con inauguración el 9 de noviembre. Es una pintora madrileña (1956), que se vino a vivir a la luz de Sevilla y es hermana del pintor Carlos Franco. Nos presentó su particular y contrastado mundo plástico, con coloraciones y temáticas distintas, pero ambas unidas por el mismo territorio: la playa, como doble lugar de estancia de turistas occidentales o de llegada de inmigrantes. Mostrando artísticamente la cara y la cruz de nuestra civilización occidental rica, que ve cómo el turismo vacacional (que no tiene caras definidas y son espacios de luz y territorio en sus cuadros) contrasta con la necesidad de supervivencia de los cayucos, pateras o embarcaciones de juguete que portan seres humanos hambrientos de civilización avanzada y bienestar (con rasgos bien definidos y coloraciones más fuertes, en inciertas luces de madrugadas o tempestades, quizá para tocar las conciencias de los visitantes y cuestionar la suerte del visitante u observador por haber caído en este y no aquel territorio, gracias al azar de la vida).
De aquí que su título “Compro Oro” pueda transformarse, quizás, en “empeño oro” o “vendo oro”. ¡No sabemos la suerte que tenemos, a pesar de nuestras continuadas quejas, frente a esos emigrantes forzosos en manos de las mafias que viene a nuestro mundo a cuestionárnoslo todo! Seguramente por eso, Belén Franco viene a preguntarnos con sus cuadros, si el origen del problema migratorio no será que Occidente condenó a la pobreza y al olvido a amplias zonas del planeta…
Y la última exposición, “In Absentia”, es una muestra colectiva, compuesta por diecinueve obras de amigos y artistas de Félix de Cárdenas: Magdalena Bachiller, Daniel Bilbao, Javier Buzón, Patricio Cabrera, Ricardo Cadenas, Amalia Cansino, Juan José Fuentes, Juan José Gómez de la Torre, Carmen Laffón, Juan Lacomba, José Luis Mauri, Mané Pérez Tapias, Guillermo Pérez Villalta, Fernando Ruiz Monedero, Manolo Sánchez, Joaquín Sáenz, Antonio Sosa, Concha Ybarra y Rafael Zapatero, que nos sirve para recordar su ausencia-presencia artística como heredero -que fue- de la tradición realista sevillana de la segunda mitad del siglo XX. Se inauguró el pasado 4 de diciembre y estará abierta al público hasta el 13 de enero de 2019. Ha sido comisariada por Francisco González-Camaño.
En ella quedan reflejadas las distintas y variopintas obras de sus amigos como dibujos, estudio y materiales del pintor, retrato, paisajes, el dibujo erótico, bodegón, nocturno…, que conforman un universo recreado y meditativo del artista fallecido, que sirve para homenajear su obra y su figura y para que el espectador se estimule y deje volar su imaginación, sabiendo que Félix de Cárdenas fue profesor de dibujo en el colegio Aljarafe y cartelista, llegándole la prematura muerte ante uno de sus cuadros. Es una pena que el comisario de esta exposición no haya podido completar su biografía, grabada en seis sesiones, cuando aún le faltaban cuatro. ¡Es la evanescencia de la vida, que no de su creación artística!
En tiempos de incertidumbre y desasosiego, los “Félix Gómez” nos ha regalado diferentes estilos, querencias e inquietudes que han convivido en su proverbial galería durante este año 2018, proporcionando al curioso e inteligente visitante una memorable y sustanciosa gavilla de exposiciones.
Sevilla, 29 de diciembre de 2018.