Por Mariano Valcárcel González.
Vamos a despejar un poco el terreno, tan embarrado que lo tenemos y lleno de maleza que, como mínimo, ya hemos agarrado fiebres palúdicas.
Sanear y desecar, que se hacía años anteriores con la primera charca que se presentase, porque no había todavía ecologista que dijese que eso no se podía hacer y el arroz o el algodón allá que se plantaban. Pero déjenme proseguir por el campo de la metáfora que, para lo que quiero, me viene que ni pintado.