Por José Luis Rodríguez Sánchez y Daniel García Parra.
Al hilo de la que se ha liado por la denuncia de una denominada “Asociación de abogados cristianos” contra el cómico Willy Toledo, y reflexionando sobre la presencia acogotante de la religión en el devenir diario de la gente normal, me viene a la memoria la siguiente anécdota de Pedro Muñoz Seca, el autor de “La muerte de don Mendo”, que no puedo asegurar si es cierta; ma si non e vero, e ben trovato. Transcribo literalmente: