Por Mariano Valcárcel González.
Compañero: vaya por delante que uso el trato por deferencia y educación. Yo no milito en tu partido ni he realizado acto alguno aún a título de “independiente” o simpatizante, ni para el partido ni para la administración regida por miembros del mismo. Pero permíteme que te envíe esta carta, a lo que creo que tengo derecho; que, al menos, el derecho de opinión se me debe respetar.