“La vida es así”

Por Fernando Sánchez Resa.

El jueves, 18 de diciembre de 2014, mis compañeros cinéfilos visionaron Qué verde era mi valle (How green was my valley, 1941), de John Ford. Era la película anunciada para aquella semana y por la que yo tenía mucho interés; mas, por las ocultas e inesperadas leyes de Murphy, no pude asistir, pues se me cruzaron asuntos médicos familiares ineludibles. Es una ilusión que aún no he satisfecho, aunque no pierdo la esperanza de conseguirla.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por eso no quise perderme la siguiente peli, última del año en curso: La vida es así (Tortilla Flat, 1942), de Víctor Fleming (1889-1949), que visionamos el martes 23, día inhabitual de proyección, pues los chicos del cineclub “El Ambigú”, en buena lid, cambiaron la fecha, porque el jueves 25 era el primer día de Navidad, velada poco apropiada para salir del nido familiar en busca de otras aficiones.

La jornada cinéfila empezó estupendamente: con ofrecimiento de vino dulce y/o mistela, juntamente con mantecados y/o polvorones, a todos los asistentes que quisiesen, para endulzar (aún más) el ambiente y el momento; aunque, con el visionado de la película, ya teníamos un magnífico regalo.

Andrés, con la amabilidad que le caracteriza, nos dio las explicaciones justas y oportunas sobre La vida es así, del gran director Víctor Fleming, que tiene una extensa filmografía en su haber, recordándonos que, en 1939, dirigió dos de las más famosas películas de todos los tiempos: Lo que el viento se llevó y El mago de Oz; y algunas más: La isla del tesoro, Capitanes intrépidosHabló también de la maravillosa interpretación de Spencer Tracy, que está genial, pues es el que lleva todo el peso de la cinta, y de sus otros dos principales acompañantes: Hedy Lamarr y John Garfield.

Es una película con guión de John Lee Mahin y Benjamin Glazer, en blanco y negro, y en versión española, que presenta características similares al género picaresco, con la consecuente moraleja. Está basada en la novela homónima (escrita en 1935) de John Steinbeck (Premio Nobel de Literatura en 1962), y autor de Al este del edén o Las uvas de la ira.

¡Ah!, también (Andrés) nos adelantó el ciclo de Bette Davis para el mes de enero de 2015, prometiéndonos enviar su cartel: La loba, de William Wyler; Amarga victoria, de Edmund Goulding; Eva al desnudo, de Joseph L. Mankiewicz; y Banquete de bodas, de Richard Brooks que, aunque no fuesen ni las más famosas ni las más vistas o renombradas de esta actriz, tienen su encanto y valor.

La vida es así se desarrolla en los primeros años 30, durante la Gran Depresión, en Monterrey, Redwood Forrest y Tortilla Flat, en donde varios vagabundos ‑(vividores, oportunistas y holgazanes): Pilón (Spencer Tracy), Pablo (Akim Tamiroff) y Daniel Álvarez (John Garfield)‑, luchan por sobrevivir en la costa de California, viviendo apaciblemente bajo el manto de la naturaleza, sin preocupaciones ni tareas excesivas. Al grupo, se une posteriormente un solitario vendedor de madera, que convive con varios perros, llamado “El pirata” (Frank Morgan), del que se sospecha que tiene una fortuna escondida en algún lugar. Mas a Daniel se le complica la vida cuando le tocan, en herencia, dos casas de su abuelo, que serán las causas directas de su males; y, además, se enamora de la joven y guapa portuguesa Dolores Ramírez (Hedy Lamarr), de la que también se enamorará Pilón; lo que provocará enfrentamiento entre ambos amigos. Al ser, Pilón, el líder natural del grupo, induce a su compañero y a otros a que lleven acciones que luego redundarán en perjuicio de todos, especialmente del enamorado Daniel. Menos mal que el argumento se endereza y termina felizmente, como esperaban todos los asistentes, especialmente las féminas del grupo, que suspiran cada jueves para que la historia sea romántica y feliz, y que no acabe como lo hace la vida misma.

Esta película se rodó en escenarios naturales de Monterrey y alrededores, y en los platós de MGM (Metro Goldwing Mayer), Studios (Culver City, CA). Muestra drama, denuncia social, comedia y romance en un mismo lote, captando el espíritu de Steinbeck, que se preocupaba por la sencillez expositiva, el misticismo y el realismo; y al que Fleming añade una grata minuciosidad, mostrando características singulares de los personajes, con todo lujo de detalles.

La lograda fotografía de Karl Freund sabe mostrar la magia y el caudal inagotable de belleza que habita en los lugares más simples, incluyendo el aire de divinidad que hay en el rostro humano, cada vez que aflora de su corazón un gesto de calidez o de franca solidaridad. En definitiva, La vida es así conjuntó a un equipo de excepción para ofrecer un producto de la MGM que se pretendía ser prestigioso, jovial y desprejuiciado.

Por eso, el final fue muy aplaudido; así mismo, todos aprovechamos para desearnos paz y amor para las fiestas navideñas que ya pisábamos, yéndonos tranquilamente, charlando y deglutiendo los 105 minutos de la bella historia de la vida que nos había transmitido Tortilla Flat, tranquilo pueblecito donde se respiraba esa paz y tranquilidad que ya, en las medianas y grandes ciudades, desconocemos, pues vivimos muchas veces de espaldas a la naturaleza, que es la que nos da realmente salud y vida…

Úbeda, 14 de agosto de 2016.

fernandosanchezresa@hotmail.com

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