Por Fernando Sánchez Resa.
—Buenos días, Genara. ¿Qué haces tan temprano en el médico?
—Hola, vecina. Te lo voy a decir muy al oído, no sea que se entere demasiada gente y se nos rompa el invento. Se rumorea que los chinos han conseguido, de golpe y porrazo, un nuevo remedio para el envejecimiento (y para la juventud, también): recetarte años, en lugar de medicinas, para recuperar la salud. ¡Ya era hora!, pues estamos a punto de llegar al tercer milenio y solamente nos faltaba eso para que se produjera la verdadera revolución sanitaria. ¡Ay!, si mi tatarabuela levantara la cabeza…