Por Mariano Valcárcel González.
Que los tiempos pasados fueron mejores, sin duda, hay quienes lo piensan; lo que pasa es que algunos lo piensan con nostalgia de lo que se tuvo y va desapareciendo; y otros, sin embargo, lo hacen con intenciones de confundir realidades y términos.
El máximo capitoste del empresariado de este país, el señor Rosell, suelta de vez en cuando magníficas perlas que son en realidad muestras de lo que realmente piensa él y muchos de sus compañons;idos que se van hacia otros tiempos añorados, mejores para los de su clase. Tiempos que desearían que volviesen en su plenitud. Pero como son básicamente, además de retrógrados, unos hipócritas, cuando se les afea su conducta retuercen el discurso en un afán de ocultar sus verdaderas intenciones.