Por Dionisio Rodríguez Mejías.
6.- El gran eslalon.
El día cuatro de enero, por la mañana, celebramos “El gran slalom” de clausura que organizaba la escuela para adjudicar los trofeos a los mejores esquiadores del cursillo. Aparte de los chicos y el personal de servicio, en el hotel no habría más de una docena de personas. Digo esto, porque en las pistas estábamos prácticamente solos. Los profesores prepararon el descenso cuidando hasta el menor de los detalles: entregaron un peto a cada participante; señalizaron la bajada con palos de colores y rótulos de salida y de llegada; nombraron jueces, cronometradores…